Por Julieth Chancay-Sánchez*/
Este estudio analiza cómo se están acumulando los microplásticos en la atmósfera usando como “archivo natural” un glaciar de los Andes tropicales, el Antisana, en Ecuador. Los microplásticos son pequeños fragmentos de plástico, que se forman cuando los plásticos grandes se rompen en partículas diminutas. Debido a su tamaño y baja densidad, pueden viajar largas distancias por el aire y llegar incluso a lugares remotos como la Antártida o los glaciares de alta montaña.
El Antisana es un volcán cubierto por un casquete de hielo, ubicado a más de 5.500 metros de altura. Aunque es un lugar aislado y lejos de grandes centros industriales, estudios anteriores ya habían mostrado que en la superficie de su nieve hay microplásticos, lo que indica que el viento los transporta desde muy lejos.
Para entender no solo si hay microplásticos, sino qué tan rápido se acumulan en el aire que respiramos, el equipo extrajo un núcleo de hielo de 8 metros de profundidad en el glaciar Antisana. Esta muestra de hielo funciona como una “historia en capas” de lo que ha ido cayendo desde la atmósfera. Para saber cuánto tiempo representaba ese núcleo, analizaron la composición isotópica del agua (δ¹⁸O), que cambia con las estaciones y permite identificar un ciclo completo de lluvias y sequías marcado por la climatología andina tropical.
Se analizaron 35 secciones del núcleo, cada una procesada mediante filtración, flotación salina y espectroscopía micro-FTIR para identificar y clasificar las partículas plásticas. Se hallaron 1762 microplásticos, entre fibras (81%) y fragmentos (19%).
Al relacionar la cantidad de microplásticos con la profundidad del hielo (es decir, con el tiempo), observaron un patrón claro: las capas más recientes, cerca de la superficie, tenían muchas más partículas que las capas más antiguas. Corrigiendo por la compactación del hielo, estimaron que la concentración aumentó de unos 140 a 292 microplásticos por litro a lo largo de un solo año hidrológico, es decir, un incremento de aproximadamente 2,1 veces.
Este resultado indica que la atmósfera no solo transporta microplásticos hasta la alta montaña, sino que se está enriqueciendo rápidamente con ellos, incluso en la parte alta de la troposfera, por encima de la capa donde las lluvias limpian más eficientemente el aire. Esto tiene implicaciones para la salud de los ecosistemas de montaña, para el agua que consumen las poblaciones río abajo y potencialmente para la salud humana, ya que algunos de los polímeros encontrados se han asociado a efectos tóxicos. En conjunto, el estudio muestra que la atmósfera funciona como un “reservorio global” de microplásticos y refuerza la urgencia de reducir las emisiones de plásticos y mantener programas de monitoreo a largo plazo para entender mejor sus riesgos ambientales y sanitarios.

*Facultad de Ciencias de la Tierra y Agua & Grupo de investigación de Ciencias de la Tierra y Clima, Universidad Regional Amazónica Ikiam, Napo, Ecuador
1Chancay-Sánchez, J. E., Rozas-Dávila, A., Moulatlet, G. M., Capparelli, M. V., Rodríguez-Barroso, M. R., Albendín, G., Cabrera, M., Maisincho, L., Cabrera, M. E., Conicelli, B., & Valencia, B. G. (2025). Atmospheric microplastics accumulation rate in a tropical Andean glacier over a hydrological year. The Science of the total environment, 1008, 180973. Advance online publication. https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2025.180973

