Por Álvaro Ayala*/
En la Cordillera de Los Andes existe una zona de alta elevación, dominada por condiciones secas, bajas temperaturas y alta radiación solar que en los estudios glaciológicos suele ser denominada como los Andes Áridos (~20-35°S). Alrededor de los 30°S los glaciares son de tamaño relativamente pequeño, pero son excelentes indicadores de los cambios climáticos y su aporte hídrico puede ser importante durante el final del verano y las sequías. Entre estos glaciares se encuentra el glaciar Tapado, ubicado en el Norte Chico de Chile (30.1422° S, 69.9275° W, cuenca del río Elqui, Figura 1).

El glaciar Tapado tiene un tamaño de 1.5 km2 y se extiende desde los 4500 hasta los 5600 m s.n.m. La superficie del glaciar contiene varios elementos que representan un gran desafío para el monitoreo y modelamiento del balance de masa glaciar y su aporte hídrico, por ejemplo: una zona de hielo cubierta por detritos donde se ubican varios escarpes de hielo y lagunas supraglaciales; un área con grandes penitentes de nieve y hielo; una sección de alta pendiente con numerosas grietas y seracs; y áreas situadas por sobre los 5000 m s.n.m donde existe una mínima acumulación y derretimiento de nieve debido a los fuertes vientos y bajas temperaturas.
En nuestro estudio, usamos 15 años de datos de terreno y remotos para cuantificar y describir la pérdida de masa del glaciar enfocándonos en estos elementos y procesos característicos. Las observaciones incluyeron registros meteorológicos, balances de masa glaciológicos, e imágenes captadas por drones y satélites de las cuales derivamos cambios de elevación en alta resolución. Los resultados mostraron que en las últimas décadas el glaciar ha estado sometido a frecuentes sequías y a un alza significativa de temperatura de 0.29°C por década desde 1974. Desde el inicio de la Megasequía en 2010, la precipitación promedio anual sobre el glaciar se ha reducido en un 43%. Todo esto ha provocado una reducción del albedo glaciar y una aceleración en la pérdida de área y masa. El balance de masa glaciar se ha hecho cada vez más negativo, variando desde valores neutrales antes del año 2000 hasta llegar a −0.75 ± 0.12 m e.a. año−1 después del 2020. Esta pérdida de masa ha estado asociada a varios cambios morfológicos, como un aumento en la altura de los penitentes; un aumento en el área de escarpes y lagunas supraglaciales; y un aumento en la frecuencia de caídas de hielo, nieve y roca.
El glaciar Tapado es un excelente ejemplo de cómo la criósfera de la Cordillera de Los Andes está sufriendo cambios acelerados. En este contexto resulta esencial garantizar un monitoreo continuo de los glaciares usando diversas herramientas y técnicas que permitan capturar todo el espectro de procesos físicos que se desarrollan en los glaciares andinos.


*Swiss Federal Institute for Forest, Snow and Landscape Research
1Ayala, Robson, B. A., Navarro, G., MacDonell, S., Kinnard, C., Vivero, S., Thomas, D., Moreno, F., San Francisco, E. Y., Schaffer, N., Segovia, A., Petlicki, M., Retamal-Ramírez, F., Schauwecker, S., and Casassa, G.: Monitoring the physical processes driving the mass loss of Tapado Glacier, Dry Andes of Chile, J. Glaciol., 1-19,https://doi.org/10.1017/jog.2025.24, 2025.